martes, 11 de febrero de 2014

TEATROTERAPIA PARA ENFERMOS DE PARKINSON SOL ESTEPONA

Parkinson Sol alcanzó los 30 miembros y busca un nuevo local para desarrollar la rehabilitación de forma más cómoda
«Hay enfermedades en las que la parte psicológica es tan importante como la parte física para poder mejorar». Así justifica Claudia López, presidenta de la asociación Sol Parkinson de Estepona, los talleres que todos los miércoles llevan a cabo en favor de los afectados por esta enfermedad. La última idea surgida desde esta organización es la representación de una obra de teatro con motivo del Día Mundial del Enfermo de Parkinson -11 de abril-, la cual empezaron a ensayar esta misma semana.
«Es una obra con un poco de crítica social, con un tono divertido. Trata temas como el derecho a una vivienda digna, pero tomadas desde el humor», explica Toni Martínez, presidente de la Plataforma para la promoción del Voluntariado y autor de la pieza. Él la donó a la asociación y espera que hagan la función con un carácter benéfico.
En los primeros ensayos, los actores se van haciendo con los personajes. Hay toda una amplia gama de roles dentro de la obra, a la que los miembros de la asociación aún le tienen que ir dotando de personalidad. Todos ellos lucharán por la última vivienda de protección oficial, y desde la pija hasta el tacaño tendrán que enfrentarse por ella.
Mientras descubren la obra, las risas van llenando la sala en la que se reúnen. Los talleres funcionan como parte de la rehabilitación, pero están destinados a la parte mental. «Es una forma de desconexión de la enfermedad. Se olvidan de ella durante unas horas. Así ellos alcanzan la relajación y es más fácil trabajar las emociones. Sabemos que los efectos de la enfermedad, muchas veces son causadas por la mente», afirma López, que además de presidenta, es la psicóloga del grupo. «El día que no vienen, desfallecen, porque cuando llegan aquí saben que tienen algo por lo que vivir», añadió.
Los talleres también sirven como balsa de aceite entre las dos sesiones de rehabilitación física, que son los lunes y los viernes. El Parkinson hace que se pierdan funciones en las manos, y entre los ejercicios que se practican, se ha de enseñar técnicas de agarre. «Hay usuarios que llegaron muy mal y ven los avances que van teniendo. Tenía gente que no podía ni pelar una patata. Es una alegría cuando vienen a los seis meses y nos dicen que se sienten felices porque pueden coger el cuchillo y pelarla», explica la presidenta.
Estas labores fisioterapéuticas son también importantes para la mejora mental del paciente. Según López, ellos agradecen no tener que depender de un familiar para poder hacer su vida normal, y ven el momento de ir a la rehabilitación como una desconexión de su día a día.
El teatro está funcionando como la mejor terapia grupal que podían hacer. Esa desconexión la encuentran con sus nuevos personajes, aunque también la encontraron en la anterior jornada de cocina, o en la de manualidades -donde fabricaron tarjetas para San Valentín-. López ve cada taller como un paso al bienestar del paciente.
En busca de local
En los últimos meses, la asociación creció hasta las 30 personas y la sala en la que hacen los ejercicios de rehabilitación se les quedó pequeña. Por eso, una de las labores que está llevando a cabo López, que accedió al cargo de presidenta hace menos de un mes, es la búsqueda de un nuevo sitio en donde se puedan practicar todas estas actividades de una manera más cómoda.

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